La vida privada de personajes públicos
Desde que se reveló hace unos días que el presidente de Paraguay Fernando Lugo había tenido un hijo cuando aún era obispo de la iglesia católica, un verdadero debate sobre la libertad de información y el derecho a la intimidad se ha instalado en la sociedad paraguaya. Algunos políticos y periodistas de ese país señalan que los medios no deben hurgar en la vida privada del mandatario y que sólo se lo debe juzgar por sus actos de gobierno.
Otros sostienen que el público tiene derecho a saber si el gobernante ha mentido; "los actos privados de un presidente son también eminentemente políticos", sostienen estos últimos.
Lugo llegó a la presidencia de Paraguay hace exactamente un año, tras más de seis décadas de gobiernos del partido Colorado, y con la promesa de "cambio"; de una forma distinta, más honesta y transparente de gobernar y de hacer política.
Buena parte de la ciudadanía paraguaya -que es en su mayoría católica- cifró sus esperanzas en este ex obispo convertido en político, precisamente por la confianza que representaba su condición de ex clérigo.
Por esa misma razón, ¿acaso no tiene derecho la gente a saber sobre su vida privada cuando el compromiso que había asumido con la iglesia Católica le impedía mantener relaciones amorosas? ¿Lo habría votado la mayoría de los paraguayos si hubiera sabido el día de las elecciones lo que sabe hoy sobre su vida privada?
O a pesar de ser una figura pública, Lugo también tiene derecho a su vida personal privada. ¿Tendrán algo de razón los que sostienen esta teoría?
La 鶹 tiene reglas bien claras al respecto.
La Guía Editorial del productor de la 鶹 dice: "La 鶹 no debe infringir la privacidad sin una muy buena razón en ninguna parte del mundo donde opera. Es esencial para poder ejercer nuestro derecho de expresión y de información que trabajemos dentro de los límites del respeto a la privacidad del individuo y que los tratemos objetivamente, mientras investigamos y establecemos lo que es de interés público. El comportamiento privado, la correspondencia y las conversaciones no deben hacerse públicas si no existe un claro interés público".
Pero, ¿qué es el "interés público"?
Según el mismo manual del productor de la 鶹 el interés público incluye, pero no se limita a: "exponer o descubrir un crimen o delito, dar a conocer comportamiento antisocial, casos de corrupción, negligencia, incompetencia o injusticia, prevenir que la gente sea engañada por las palabras o acciones de alguna persona u organización y dar información que permita a la gente tomar decisiones informadas sobre asuntos de importancia general".
"Cuando se considera el interés público", dice la guía de la 鶹, "además se debe tomar en consideración cualquier información que ya es de dominio público o que está a punto de hacerse pública".
Teniendo en cuenta todos estos puntos, y sin pensar ni siquiera por un segundo que nuestro manual es infalible, aunque si muy práctico, debo decir que los que defienden en este caso la privacidad de Lugo no tienen razón.
El caso de la paternidad del presidente Lugo mientras era sacerdote es claramente de interés publico porque, primero, en muchos sectores de la sociedad paraguaya, especialmente en la diócesis en la que era obispo, esa información era ya de dominio publico; segundo, la confirmación de esa paternidad puede ayudar a la ciudadanía paraguaya a conocer la forma en que actuó su presidente y por lo tanto a tomar decisiones informadas en el futuro; y tercero, porque expone un caso que podría rayar en la negligencia.
En la enorme mayoría de los casos, el interés del público y su derecho a estar informado prima sobre el derecho a la privacidad de las figuras públicas, especialmente cuando se trata de políticos o personas en puestos de poder.
Un ejemplo reciente de ello es el del periódico The New York Times, que acaba de ganar varios premios Pulitzer por sobre las relaciones del entonces gobernador del estado de Nueva York, Eliot Spitzer y una prostituta.
Los estadounidenses entendieron en su clara mayoría que tienen derecho a saber lo que hacen sus gobernantes y que ese derecho es mayor al de privacidad de su gobernador.
Y usted, ¿qué piensa? ¿De que lado del debate está?
ComentariosAñada su comentario
A mí me interesaría ver el caso despojado de su halo religioso. Solo el de un político que presumiblemente es un padre irresponsable. Me tiene sn cuidado si es un ex sacerdote de cualquier religión. Me gustaría saber también cómo este hombre pudo haber hecho uso de su poder para acallar las informaciones que eventualmente dañarían su imagen pública.
No se trata de meterse en la vida privada de Lugo. Se trata de informar sobre las denuncias que han realizado mujeres por hijos tenidos con este hombre y que él no los ha reconocido. Cuando un caso de estos llega a la justicia no se trata de actos privados sino de actos de naturaleza enteramente públicos los que el periodismo está obligado a informar. Estos actos pueden constituir uno o más delitos como ser el abandono de un hijo o el estupro de una joven, es decir la relación sexual con una menor de edad. La prensa no solo que puede sino que DEBE informar porque de no hacerlo estaría bajo peligro de tapar un grave y grosero delito contra menores absolutamente indefensos llevado a cabo nada menos por el encargado de velar por todo un pueblo como lo es el presidente de una nación.
Estos personajes de la iglesia siempre han sido impunes. Nadie le quiere cree a una pobre mujer que diga que ha tenido un hijo de un obispo. MALA MUJER, ADULTERA, MUJERZUELA, PECADORA. Se las acusa de todo, antes de defenderlas por haber sido victimas de otros.
Es una gran pena para quienes nos creemos verdaderos VARONES, padres responsables, personas simples (no con la intelectualidad de un obispo), trabajadores (no tan relajados como los curas de la iglesia); estemos manchados con estas acciones, sobre todo, del ciudadano numero uno del país.
Este luego es peor de cualquier personalje medieval. Debe responder por las acciones fuera de luegar que ha tomado, las cuales seran privadas, pero al no ser responsable de ellas se tornaron publicas.
Por favor lean el libro "El sacerdote la mujer y el confesionario" escrito por un sacerdote. Allí se puede entender por qué muchos sacerdotes caen en pecados de inmoralidad con tanta frecuencia. El libro se halla publicado en internet en la dirección:
Los votantes tienen todo el derecho a informarse de todo lo que pueda indicar el caracter, ideas y posibles actos de los candidatos a un puesto público, más del Presidente de un país. Si esto no le gusta a los politicos, pues que no se presenten a las elecciones, nadie los pone a la fuerza. Además, como en el caso de Lugo, siempre hablan de honestidad, responsabilidad, moralidad, etc.
Es una verguenza que un Tipejo asi sea el presidente de un pais.
Tampoco pongamos en el papel de victimas a estas mujeres, porque desde que nacemos que nos dicen que la sociedad no acepta que una mujer se relacione con un sacerdote. Lugo decepciono a mucha gente con su conducta. Pero en este pais la gente pasa de la indignacion a la risa muy rapidamente y en poco tiempo quizas este hombre sea mas popular que hace un año. Ya nada sorprende en este país. La vida de una persona es publica desde que esta persona decide "servir" al pueblo a travez de la politica.
Hay deshonestidad en el hoy presidente de este país. Por qué no declaró su falta antes de ser presidente o candidato o sacerdote? Hoy busca reinvindicarse con la aceptación de su falta y ofrece disculpas...la vedrdad, debería renuciar a su cargo, cómo le puede hablar a la gente de justicia, honestidad, etc. si él no es ni justo ni honesto?
Aún si Fernando Lugo no fuera presidente, es algo que debe saberse de un sacerdote, porque los católicos creen que se trata de seres superiores, imposibles de pecar, pero deben darse cuenta de cuándo un cura los está engañando, de lo contrario, muchas niñas pueden ser violadas y muchos niños crecerán en hogares frustrados.