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Otro peso pesado, Marcello Lippi, sugirió que Mancini “tal vez quiso sacudir un poco el árbol, llamar la atención de los jugadores”. Pero si Mancini debe amenazar con la renuncia para “llamar la atención de los jugadores”, tal vez lo mejor sea sustituirlo por un técnico que se haga respetar sin recurrir a trucos de alquimista o guardabosques.

Viene bien, la crisis del Inter, a la luz de lo que está ocurriendo en el Barcelona, por ejemplo, que todavía no se atreve a enfrentar el problema del colapso de la autoridad de Frank Rijkaard.

El equipo italiano tiene a un gran jugador en reposo, igual que el Barcelona. El aporte de Ibrahimovich en las últimas semanas ha sido casi tan insignificante como el de Ronaldinho, pero al menos el Inter tiene líderes dentro del campo, como el capitán Zanetti, mientras que el Barcelona no tiene a nadie, ni en el campo ni en el banquillo.

Anoche, el equipo de Rijkaard se dejó empatar por el Almería (2-2), en otra actuación tibia, perdiendo la oportunidad de recortar la ventaja que le lleva el Real Madrid, que el sábado perdió 0-1 en casa del Deportivo La Coruña.

(Tal como están las cosas, el equipo de Schuster aventaja al de Rijkaard por siete puntos, a pesar de haber perdido seis partidos en lo que va del año, uno más que su rival. La diferencia está en los empates: siete el Barcelona, sólo dos el Madrid.)

El Inter es capaz de mantener el rumbo y ganar su tercer título consecutivo en el calcio, en particular si el AS Roma llega a semifinales de Champions League, pero el Barça no parece tener aliento para mantener su desafío en la liga, a pesar de las vacilaciones del Madrid. Es posible que la plantilla y el cuerpo técnico estén concentrados psicológicamente en la Champions, donde tienen grandes posibilidades de llegar a semifinales, ya que el desafio del Schalke 04 en cuartos no sería más grande que el del Celtic en octavos.

Semifinales ya será otra historia, porque desde hace por lo menos un año el Barça tiene problemas graves para ganar ante los equipos buenos. A los mediocres les pasa por encima, pero uno regular ya se le atraganta: en los últimos partidos goleó 5-1 al Levante (último en la tabla de posiciones), perdió 2-1 ante el Villarreal (tercero) y empató 2-2 con el Almería (noveno).

Este parece ser el nivel del Barcelona actual.

El Inter también ha tenido recientemente una trayectoria mediocre. Antes del partido con el Palermo, los interistas hacían un balance desalentador: de los últimos seis partidos, cuatro de campeonato y dos de Campeones, sólo habían obtenido una victoria, con dos empates y tres derrotas.

De modo que el triunfo ante el Palermo fue recibido como una liberación. ¡Ahh! Vale la pena señalar que el Palermo está noveno en el calcio, la misma posición que el Almería en España.