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El f煤tbol se aburguesa, gana dinero y pierde pasi贸n

Ra煤l Fain Binda | 2008-01-03, 15:33

John Terry, jugador del Chelsea, contempla, junto a aficionados, un partido frente al Liverpool.
Alex Ferguson, el entrenador del Manchester United, critic贸 hace un par de d铆as a los hinchas del club, por no alentar lo suficiente al equipo durante el partido que gan贸 1 a 0 al Birmingham City, como local.

鈥溾, tron贸 el escoc茅s, utilizando expresiones por lo menos imprudentes, ya que todo el 谩mbito del f煤tbol estaba de luto por la muerte, d铆as antes, de Phil O鈥橠onnell, el capit谩n del Motherwell.

Y las numerosas reacciones ante esto nos recuerdan el profundo cambio que est谩 experimentando el f煤tbol ingl茅s, en cuanto a su resonancia popular.

El f煤tbol se est谩 aburguesando a marchas forzadas, y es inevitable que el juego ya no despierte tantas pasiones.

No estamos diciendo que la emoci贸n sea una cuesti贸n de clases sociales, claro. Nos limitamos a se帽alar una cuesti贸n pr谩ctica: no podremos gritar y alentar sin cesar a nuestro equipo si tenemos la boca llena de canap茅s.

Y eso es lo que est谩 ocurriendo en el f煤tbol rico, en particular el ingl茅s.

Hace un par de a帽os estuvimos en la Bombonera en un partido decisivo, entre Boca y el Pumas mexicano. Esa experiencia es la , pero fue posible por algo m谩s que la pasi贸n de la hinchada xeneize: tuvo mucho que ver la arquitectura del estadio, el hacinamiento en las tribunas y en particular el hecho de que la mayor铆a de los espectadores estuvieran de pie, incluso en las plateas.

Si estamos sentados en una butaca, con un canap茅 en una mano y la cintura de una rubia en la otra, nos resultar谩 dif铆cil alentar al mismo tiempo a nuestro equipo con la pasi贸n que requiere para superar un mal momento.

En Am茅rica Latina, las hinchadas (o por lo menos muchas de ellas) saben que su funci贸n es alentar a los equipos: si los resultados son relativamente satisfactorios ser谩n m谩s pacientes y tolerantes con el mal juego.

En otros pa铆ses es diferente. Las hinchadas del Barcelona, el Real Madrid y el Manchester United esperan ahora ser entretenidas por su equipo: si juegan mal se enojan con los jugadores y guardan silencio o los abuchean, en vez de alentarlos.

Y un sector cada d铆a m谩s numeroso asiste a los partidos sin un compromiso vital profundo.

En , 9.000 de sus 76.000 asientos pertenecen a empresas o ricachones de todo pelaje. Esta gente no va a los partidos para aplaudir a Cristiano Ronaldo, sino por una variedad de razones: exponerse al calor popular, entretener a sus invitados, hacer negocios鈥 En realidad, van al estadio de f煤tbol como sus antepasados iban al teatro noche tras noche, sin prestar atenci贸n a la obra en el escenario.

En forma paulatina se est谩 ensanchando la brecha entre los espectadores comunes y los ricos. Un asiento en la Europa Suite, por ejemplo, le costar谩 al rico alrededor de 1.000 d贸lares (incluyendo impuestos y una buena comida, claro), mientras que el espectador com煤n pagar谩 entre 70 y 90 d贸lares y si quiere comer deber谩 pagar aparte o llevar algo desde casa.

Si ustedes encuentran caro el placer de ir al f煤tbol en Manchester, presten atenci贸n a lo que cuesta una entrada com煤n en Londres: 190 d贸lares en el estadio del Arsenal y 130 en el del Chelsea.

Esto refleja el diferente nivel de ingresos en la capital y en el interior del pa铆s. El hincha del Liverpool, por ejemplo, es m谩s 鈥減obre鈥 que el del Manchester, y entonces el estadio de Anfield s贸lo tiene 32 palcos para empresas, en contraste con Old Trafford, que tiene m谩s de 1.000.

Esto se traduce en un ingreso por partido de alrededor de siete millones de d贸lares para el Man United y de s贸lo tres millones para el Liverpool.

Forzados a ofrecer asientos a todos los espectadores, los clubes han afinado los l谩pices para multiplicar sus ingresos. La 煤nica soluci贸n, en definitiva, consiste en aumentar los precios, y esto tiene como consecuencia el alejamiento de muchos de los aficionados m谩s apasionados, de esos que iban a la cancha para alentar a sus equipos, antes que ser entretenidos por ellos.

Otra soluci贸n es aumentar la capacidad de los estadios, como hizo el Man United (Old Trafford tiene una capacidad de 76.000 personas), o construir uno nuevo, como ha hecho el Arsenal (Emirates Stadium, 60.000) y quiere hacer el Liverpool.

El problema es que para financiar los nuevos estadios habr谩 que aumentar los precios de las entradas. El Arsenal se lo puede permitir (sus entradas son las m谩s caras del f煤tbol ingl茅s), porque su entrenador, Arsene Wenger, es un genio para formar equipos j贸venes, buenos y baratos. Y entonces el p煤blico lo tolera.

A otros les resultar谩 m谩s dif铆cil.

ComentariosA帽ada su comentario

  • 1. A las 08:59 PM del 03 Ene 2008, leonardo 贰蝉肠谤颈产颈贸:

    www.ducker.com.br
    mira los S脥TIO de los hinchas de GR脢MIO FBPA, de Sur de Brasil, otro pa铆s 茅 vero, pero 茅s ainda Brasil.
    Esto 茅 la passion de 3 colores. el verdadero f煤tbol, la vida por toda vida 茅 alentar cada vez m谩s.
    Una locura!!!!
    El s铆tio 茅 de propriedad de los hinchas, un tanto barrabravas, pero alento 茅s incondicional, en las buenas horas e principal en las horas malas.

    el sangre latino corre fuerte la cabeza dos hinchas.

    L O C U R A

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