Miami no es sólo mármol
Cuando llegué a Miami por primera vez un músico argentino que llevaba aquí un par de años me dijo: "Bienvenido a la ciudad del mármol, el mar y el mall (centro comercial en inglés)".
La ocurrencia me sigue pareciendo muy buena y muy ajustada a dos obsesiones de esta urbe: el ir a la playa y el ir de compras; pero en mi última crónica desde Miami quiero hacerle justicia a otras facetas del que fue mi hogar por un año y medio.
Hace un tiempo les hablé de
James Deering, el industrial que levantó un palacio; hoy quiero despedirme con los sueños de George Merrick, el hombre que creó una ciudad, la ciudad de .
Coral Gables, construida casi en su totalidad respetando el estilo arquitectónico de los países del Mediterráneo, es una ciudad dentro de una ciudad, y su diferencia más notoria con el resto de Miami es que sus calles no llevan números sino nombres, la mayoría de origen español.
"George era un admirador de la cultura mediterránea, pero también era un entrepeneur, un vendedor, y es más exótico vender una ciudad con calles llamadas Andalusia o Cordova (así están escritos los nombres aquí) que tercera o cuarta calle", me dice mi guía turístico en la casa de la familia Merrick, una residencia que pocos vecinos parecen recordar.
Cuando le pregunto si existió alguna relación entre esos dos grandes soñadores que tuvo Miami a comienzos del siglo XX, mi guía sólo encuentra como elemento en común que eran contemporáneos.
"Deering llegó a Florida siendo millonario y Merrick no. El padre de Deering era un industrial, el de Merrick era un reverendo. Deering construyó un palacio y esta casa, como usted ve, es modesta".
Todo comenzó en 1899, cuando Solomon G. Merrick compró una propiedad y un terreno en el sur de la Florida y pagó por ellos 1.100 dólares, su salario de todo un año como pastor de una congregación de Massachusetts.
Aunque los planes eran viajar al sur sólo por temporadas, su precario estado de salud lo llevó a vivir definitivamente en esa casa rodeada de pantanos y manglares, junto con su mujer, Althea, y sus cinco hijos.
Aquí en Florida, Solomon retomó su papel de reverendo en la Union Congregational Church de Coconout Grove y su mujer fundó una escuela, pero lo que cambió su suerte de una vez y para siempre fue la plantación de cítricos y vegetales que comenzó a crecer en los alrededores de su casa.
En 1921, 10 años después de la muerte del pastor, la familia, con George Merrick a la cabeza, ya era dueña de 3.000 acres. Los productos cultivados se vendían en Miami y desde allí salían por mar y por tren hacia otras partes de Estados Unidos.
Con ese dinero, prosperó el sueño de George de erigir una comunidad, con sus calles y sus negocios. Sueño que en los próximos años se convertiría en una de las primeras ciudades planificadas de Estados Unidos.
En 1921 comenzó la venta de lotes. En 1922 se construyeron las primeras casas en las cercanías de la residencia de los Merrick. Para 1926, Coral Gables se había desplegado sobre 10.000 acres.
Pero ese mismo año, un colapso en el negocio inmobiliario y el paso feroz de un huracán sacudieron la ciudad y las finanzas de Merrick, cuyas deudas se dispararon. La caída bursátil de 1929 terminó por llevarlo a la bancarrota y aunque regresó a las bienes raíces a mediados de los 30, las deudas lo acompañaron hasta su muerte en 1942.
En la casa de Merrick aún se conserva un mapa original de Coral Gables con un trazado a mano de sus calles hecho por George y una carta enviada por él a los financistas y constructores asegurándoles que la lejanía del mar había salvado a su ciudad de los desastres perpetrados por el huracán de septiembre de 1926.
En esta ciudad se encuentran actualmente algunos de los edificios más emblemáticos de Miami, como el Hotel Biltmore (donde Al Capone tuvo su suite personal), la Piscina Veneciana (una hermosa piscina pública con cuevas de coral y cascadas de agua, donde nadaron entre otros Esther Williams y Johnny Wesmuller), la imponente Torre de la Alhambra y el City Hall con la estatua de George en la puerta.
A mí lo que me fascina son sus calles angostas, los troncos retorcidos de los manglares, la torre del Biltmore erigida como un faro para no perderse en el trazado caprichoso de sus avenidas, las residencias coloniales y, en especial, dos pequeñas casas de piedra con puertas rojas en la esquina de Toledo y Sevilla donde quiero vivir cuando me canse de viajar.
Lo único que me entristece es la falta de memoria de algunos de sus habitantes. Ninguna de las personas a las que les pregunté supo decirme dónde estaba la casa de los Merrick, que ahora funciona como museo. Cuando se lo conté a mi guía, un hombre con pelo blanco de sabio más que de viejo, me dijo apenado:
"Deberían saberlo, porque esto es el comienzo".
Es una coincidencia afortunada que mi última semana en Miami haya sido en un apartamento ubicado entre las fronteras de Coral Gables. Y digo coincidencia porque no soy el único que se despide de esta ciudad; en los próximos días, la oficina de la 鶹 también se mudará de aquí hacia Blue Lagoon, muy cerca del Aeropuerto Internacional de Miami.
Yo por mi parte me "desconecto" oficialmente de la Conexión Miami, y los encuentro en Londres, la próxima semana.
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Nueva aventura, nuevas historias, mi estimado Matías...Ahora con este post conozco otra parte del rostro que tiene hoy Miami.
Suerte en estos cambios personales y profesionales.
Saludos
Estimado Matias, gracias por tus blogs de mi ciudad (Miami) lastimas que te has ido a Londres.
Yo pienso que no hay nada mejor que Miami con su calor tropical, bellas mujeres de todo el continente y comida tan internacional como el Churrasco, Las Tapas, Vinos, sus huracanes y su South Beach donde deslumbra el glamour y belleza.
Estamos tan cerca de Latinoamerica y tan codiciados por los Europeos y Americanos.
Suerte en tu nuevas aventuras.
(yo suponia estabas en miami... otra vez serà)
otra vista de miami
sin duda
Pues interesante informacion nos has dejado de despedida de este lado del mundo.
Aqui te dejo un abrazo para ti y familia en tu nueva casa.
Suerte en Londres pero no hay nada como Miami.
Y porqué "desconectarse" de la conexión que nos conectó con tanta calidad? Porqué dejar a los conectados sin tan estupenda conexión. Espero que tu nueva conexión se interconecte con todos los conectados contigo. Saludos cordiales y un hasta luego.
No creo que Miami sea solo Mármol, ni Londres sea solo gris...cada una tiene su encanto...regreso y me entero de estos cambios, espero que todo sea para bien...ya nos contarás desde Europa!
Un abrazote grande
:)
Estimdísimo, buen viaje, suerte en el nuevo (viejo) destino y...cómo sigue nuestra "Conexión"?
Habrá un "Conexión en Londres"? todos esperamos que sí.
sls
Vanina
Qué interesante cómo los seres humanos adaptamos el ambiente a nuestro gusto y necesidades. Debe ser un lugar muy hermoso.
Saludos y espero que te vaya muy bien en tu nueva vida en Londres.
Matias: Quisiera conocer Londres, pero se ve tan linda Miami,espero tus cosas hayan culminado bien,con todos los tramites. Un beso desde Argentina, con esperanzas por un país mejor, tu compatriota Matilde
Buen viaje, buen todo!.
Estoy segura de que adonde vayas, siempre encontraras amenas e interesantes historias que contarnos, gracias.
Y, a proposito, en julio visito Coral Gables!. Gracias
Creo que cada lugar, cada sitio por el que pasamos, depende mucho de como nos encontramos interiormente para admirarlo o para ser indiferentes con él.
Te deseo lo mejor en tu nueva aventura, y que siempre mantengas esa visión de las cosas para asombrarte, para admirar, y para indirectamente hacernos conocer otros lugares, incluyendo el "Lado B".
Gracias por ese viaje por la ciudad en la que viví cinco años, cambié de estado civil, trabajé para la 鶹 y viví plenamente el pulso de "la capital latinoamericana en Estados Unidos".
Sin embargo, debo reconocer que lamentablemente hay pocas personas interesadas en la historia, por el frenesí de las compras y la atracción de las blancas playas y diminutos bikinis de Miami Beach. Te mando un gran abrazo.